Un autónomo cobra la mitad de pensión que un asalariado

La falta de confianza en el actual sistema de pensiones y, principalmente, porque no pueden aumentar su base de cotización hace que un autónomo cobre la mitad de pensión que un asalariado.

Según un estudio de Vidacaixa y la Universidad de Barcelona, en la actualidad, más del 85% de los autónomos en España cotizan por la base mínima. Esto quiere decir que su pensión no superaría los 635 euros al mes llegado el momento de la jubilación.

Hay que recordar que esto supone que la pensión media de un trabajador autónomo es la mitad que la de un trabajador por cuenta ajena, que es de 1.155 euros.

El estudio, que ha sido presentado recientemente en CaixaForum Madrid por el director general de la Fundación Bancaria La Caixa, Jaume Giró; el vicepresidente ejecutivo-consejero delegado de VidaCaixa, Tomás Muniesa; y la catedrática de la Universidad de Barcelona y directora del Riskcenter, Montserrat Guillén, explica también las razones por las que esto es así.

Una de las que aporta el informe es que un 65% de los trabajadores autónomos que cotizan por la base mínima no pueden permitirse aumentar la base de cotización. Otra de las razones es que un 25% de ellos lo justifican porque no confían en el sistema público de pensiones.

En este sentido, además, el 78% de los autónomos se sienten más vulnerables que los asalariados para lograr una pensión de jubilación digna. Para terminar, a este respecto, tres de cada cuatro trabajadores por cuenta propia cree que la pensión pública que cobraría no será suficiente para mantener su nivel de vida.

Por todo esto, hay que recordar también que según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el 30% de los autónomos cambia su base de cotización cuando cumplen los 50 años.

El estudio de Vidacaixa, dirigido por Montserrat Guillén y Ramón Alemany puede consultarse AQUÍ.

En el emprendimiento “no es oro todo lo que reluce”

En un debate sobre Ciencia y Tecnología, varios empresarios han derribado los mitos del emprendimiento fácil, sencillo y con el éxito casi asegurado, dejando claro que el camino no es nada fácil y que tampoco existe un “ABC” para triunfar y evitar el fracaso.

Así, el creador de Agroguía y responsable tecnológico de CartoDB, Javier Santana, dejaba claro que “emprender no es guay… Se ven más los casos de éxito, pero detrás de todo eso hay mucho trabajo y sufrimiento. Mucha gente lo intenta y después de ese esfuerzo se la pega”.

Por su parte, el cofundador de Fictiorama Studios, Luis Oliván, ha destacado que constituir una empresa es fácil, pero crecer, tener continuidad y desarrollar un producto que guste es otra historia: “Al final las ideas se evaporan, lo que tienes es que tener un proyecto muy sólido, con bases y números”.

Igualmente, el cofundador de BQ, Rodrigo de Prado, ha dejado claro que “el mayor mito es que pueda haber un ABC del emprendimiento” y resalta que lo más importante es tener “sentido común” en los negocios para no arruinar la empresa.

Los tres conferenciantes han concluido que ser emprendedor es lo mismo que ser empresario, pero que existe una moda que ha cubierto el término emprendimiento con un halo de prestigio. Al final, arrancar un negocio es más sufrido y complejo que “cool” y que el conocido “si quieres, puedes” está lleno de trampas.

Principios básicos para el buen trato hacia las personas mayores

Tradicionalmente, la sociedad ha tratado muy mal a las personas mayores, a las que, en función de una serie de estereotipos obsoletos, siempre se ha asociado con aspectos negativos como las enfermedades, soledad, residencias, fragilidad y dependencia.

Todo esto hace que nuestra predisposición hacia este colectivo esté condicionada, que nuestro trato hacia ellos esté lleno de prejuicios y no les permitamos, por ejemplo, tomar decisiones o les inutilicemos o les tratemos, incluso, como a niños pequeños.

Con el objetivo de inculcar una imagen positiva de las personas mayores, en un entorno de tolerancia y para evitar el abuso y maltrato en la vejez, el Grupo Adavir, empresa especializada en la gestión de centros para mayores, ha presentado un decálogo que fomenta el respeto hacia este sector:

1.- Respeto a su libertad: Lo primero que hay que hacer es reconocer sus derechos, sus potencialidades y su capacidad de decisión. Para ello es fundamental escuchar sus necesidades y sentimientos.

2.- Protagonista de un cuidado adecuado: El respeto a la dignidad de una persona dependiente pasan por proporcionarle una alimentación adecuada, una higiene correcta, medicamentos necesarios y asistencia médica cuando se requiere. Del mismo modo, si las circunstancias lo permiten, la persona mayor debe ser cuidada como ellos mismos quieren que les cuiden.

3.- Evitar el aislamiento: Es vital que las personas mayores sigan en contacto y disfrutando con su familia y amigos.

4.- Solidaridad intergeneracional: Educar a los más pequeños en el respeto y la ayuda mutua permitirá una cohesión total entre todas las edades.

5.- Trato igualitario y respetuoso: Se torna fundamental evitar un trato peyorativo. No hay que hablar a una persona mayor como a un niño o como si tuviesen un déficit de comprensión. Lo más correcto es dirigirnos a ellos con educación y normalidad.

6.- Romper con los estereotipos negativos: Hay que destacar el valor de “una vida llena de experiencia y conocimiento”, tener claro que ser mayor no es sinónimo de ser una persona enferma ni dependiente o que cumplir años significa disfrutar de la vida con pequeñas limitaciones capaces de superar en el día a día. Es fundamental incrementar su autoestima permitiéndoles que nos transmitan su experiencia vital en forma de consejos o conocimiento.

7.- Envejecimiento activo: Es muy importante mantener la autonomía y la independencia realizando en la medida de sus posibilidades actividades cotidianas, gratificantes y saludables. Esto es clave para que se sientan felices.

8.- Crear lazos de afecto y empatía: Todos necesitamos sentirnos escuchados y queridos. Preocuparse por cómo se sienten las personas mayores genera emociones y sentimientos por ambas partes.

9.- Involucrar en los nuevos tiempos: Estamos obligados a integrar a nuestras personas mayores ante la evolución y los cambios en la sociedad con el fin de evitar que se sientan inútiles o desplazados.

10.- Imagen positiva en los medios de comunicación: Su tratamiento contribuye, considerablemente, en la percepción que tiene la sociedad de las personas mayores. Hagamos entre todos que la imagen mejores.